viernes, febrero 09, 2007

Virginia

Por Luciana
Virginia iba con el nombre arañado; con el maquillaje corrido como si hubiese sido su cara la que se cambió de sitio abrazándose toda a su oreja derecha; iba con los zapatos puestos dolorosamente, sus zapatos destruidos en una sola noche por un baile perverso que ella no quiso bailar.

Iba mirando el efecto rosado y diluido que tomaba la sangre a través del nylon de sus medias claras; las manos con dos o tres uñas rotas; iba con el reloj sin el cristal sobre las agujas. Detenidas.

Virginia caminaba y la noche era un corso de monstruos que le hacía burla, que tenían lenguas demasiado anchas. Sintió asco por la sensación del brilloso frío que le rodeaba aún el cuello.

En la esquina vomitó. Cerró los ojos con fuerza para no pensar en las manos lechosas, obscenas, peludas. Su corazón era una llaga en medio del tajo del escote.

Un hilo de elástico le rozaba la cadera. Virginia sin ropa interior pensó en dos manchas negras de encaje sobre las baldosas de la vereda.

Llegó a su casa. Se asomó al dormitorio de sus padres. Ambos dormían con placidez. Se sintió ajena para siempre a ese sentimiento. Mientras los miraba, escuchaba la respiración pausada del sueño, parada como un ángel muerto en el marco de la puerta.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca decir la palabra. Eso está bien.
Es un excelente final de cuento. Ahora quiero el resto.

Dante Bertini dijo...

encantado de conocerte:
virginia es un buen cuento
los amo a laura estuvieron por aquí, españa, produciendo preguntas hace unos cuantos meses atrás...exportados? se trata de ver qué pasa con esa "nueva" moral, un estudio de mercado que vendió muchas copias y habrá sido, además, un buen negocio...

Libelula de Acero dijo...

tremendo!!!

Yo también quiero más!

knoppix dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
linux dijo...

Excelente,muy buenos temas de discusión
calderas